viernes, 22 de abril de 2011




Se trata de la energía producida por el viento. Los científicos calculan que hasta un 10% de la electricidad mundial se podría obtener de generadores de energía eólica a mediados del siglo XXI. Pero así como tiene sus ventajas acarrea ciertos inconvenientes importantes para el medio ambiente.
¿Qué es la energía eólica?
El término eólico viene del latín Aeolicus, perteneciente o relativo a éolo o Eolo -dios de los vientos en la mitología griega- y, por tanto, perteneciente o relativo al viento. Se trata de la energía producida por el viento. Este tipo de energía ha sido aprovechada desde la antigüedad para mover los barcos impulsados por velas o hacer funcionar la maquinaria de molinos al mover sus aspas. Una de las contras que tenía esta energía era su discontinuidad; ya que el viento cambia de intensidad y de dirección de manera impredecible, por lo que había que utilizar los remos en los periodos de calma o cuando no soplaba en la dirección deseada.
Hoy, en los parques eólicos, se utilizan los acumuladores para producir electricidad cuando el viento no sopla. La energía eólica es una forma indirecta de energía solar, puesto que son las diferencias de temperatura y de presión inducidas en la atmósfera por la absorción de la radiación solar las que ponen en movimiento los vientos. Se calcula que un 2 % de la energía solar recibida por la Tierra se convierte en energía cinética de los vientos. En definitiva, es la energía eólica un tipo de energía verde.
Motores eólicos
Las zonas más favorables para la implantación de grandes motores eólicos son las regiones costeras y las grandes estepas, donde vientos constates soplan regularmente -es necesaria una velocidad media del viento superior a 30 km/h-.
Se distinguen dos grandes categorías de motores eólicos, que difieren por la disposición de su eje: horizontal y vertical. En los de eje horizontal, los ejes están paralelos al suelo y los de eje vertical, tienen los ejes perpendiculares al suelo. Los primeros son los más extendidos, exigen una orientación continua de su eje, que se debe mantener paralelo a la dirección del viento; sólo en esta posición las aspas o las palas estarán de cara al viento de modo permanente. Los pequeños motores eólicos de eje horizontal (gama de potencia de 0,5 a 50 kW) suelen estar equipados con gran numero de palas (como el molino de las Baleares -de seis aspas- o el molino griego- de doce aspas-). Este tipo de motor eólico tiene la ventaja de poder funcionar con vientos flojos.
Los grandes motores eólicos de eje horizontal están equipados con hélices de tres o dos palas. Estos molinos de hélice se han beneficiado de los progresos técnicos de la aeronáutica para la realización de palas muy grandes, para así poder suministrar potencias elevadas. Sólo funcionan bien cuando soplan vientos de velocidad media o fuerte, en cuyo caso ofrecen un excelente rendimiento. Su principal problema es la fatiga mecánica de los elementos estructurales, que ha provocado la rotura de palas en diversos motores eólicos experimentales.

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